Apparently someone in trying to block access to this letter which El Milenio posted on the internet. I copy it here for the record. It should certainly be taken into account in the process of Pope John Paul II.
Soy el sacerdote defensor de los ex miembros de la institución llamada “Legión de Cristo”, que en su juventud sufrieron graves y repetidas agresiones sexuales de parte del padre Marcial Maciel Degollado L.C. Aceptar el encargo, partiendo del principio evangélico veritas liberabit vos, ha supuesto para un servidor incomprensión y persecución.
milenio Redacción
A Su Excelencia Mons. Stanislaw Dziwisz
Palazzo Apostolico
Citta del Vaticano
1. Soy el sacerdote defensor de los ex miembros de la institución llamada “Legión de Cristo”, que en su juventud sufrieron graves y repetidas agresiones sexuales de parte del padre Marcial Maciel Degollado L.C. Aceptar el encargo, partiendo del principio evangélico veritas liberabit vos, ha supuesto para un servidor incomprensión y persecución.
2. En nombre de tales personas, he tratado de hacer todo lo posible para obtener justicia en el foro eclesiástico de la Congregación para la Doctrina de la Fe y, eventualmente, en el arzobispado de México. Para su defensa, he exigido siempre que sea preferido el normal ejercicio de la justicia en vez del escándalo innecesario y perjudicial.
3. Es cierto que, en su búsqueda de justicia, antes de que un servidor se encargara de su legítima defensa, ellos han podido cometer algunos explicables errores: publicar, por ejemplo, en un semanario una carta dirigida al Papa, antes de que ella llegara a sus manos, o recurrido a medios audiovisuales al constatar la ambigüedad de las respuestas recibidas de algunos eclesiásticos.
4. Pero hay que tener en cuenta que los graves abusos sexuales de que fueron objeto en su juventud han marcado a algunos de ellos para siempre. La mayoría ha luchado y lucha por conservar la fe.
5. Ya que el padre Marcial Maciel Degollado, L.C., además de “amigo y confidente del Papa y de sus más inmediatos colaboradores”, pretende ser inocente, ellos aceptan —e incluso desean— que él u otras instancias eclesiales los denuncien ante tribunales eclesiásticos y civiles. Están en efecto dispuestos a presentarse a responder de sus actos en ambos foros.
6. Aman y respetan la persona del Romano Pontífice, Juan Pablo II. No comprenden cómo las instancias que ejercen la justicia en su nombre sigan haciendo caso omiso de sus reiterados recursos legales. No prefieren ruido mediático ni escándalos. Buscan justicia y en la Iglesia ven a una Madre, carente de miedo —como Juan Pablo II— al momento de pedir perdón a quien haya que pedir perdón por algo. Mis clientes no quieren perseguir a la Iglesia. Sólo quieren que el padre Marcial Maciel Degollado, L.C. se someta, como todo fiel católico, a los imperativos de la justicia eclesial.
7. No quieren, sobre todo, que el silencio de la Curia Romana y del arzobispado de México repercuta negativamente en el juicio que la historia pueda hacer de un papa tan grande como el actual. Todavía es tiempo de un gesto pontificio como el tenido el último Jueves Santo con Mons. Juliusz Paetz, arzobispo emérito de Poznan. Las faltas cometidas por el P. Marcial Maciel Degollado L.C., son, por lo menos, más numerosas y, quizás, más graves. Uno de los actos pecaminosos cometidos con uno de los ex seminaristas demandantes tuvo lugar un Sábado Santo. Otro hubo de “ayudar” al padre Marcial Maciel Degollado, L.C., más de cuarenta veces a satisfacer sus bajas pasiones.
8. Ante el pertinaz silencio de los tribunales eclesiásticos, mis defendidos han iniciado contactos oficiosos con un órgano internacional competente en materia de Derechos Humanos.
9. Por consejo mío, antes de redactar oficialmente una denuncia formal ante dicho órgano, ruegan respetuosa y confiadamente por mi medio que Vuestra Señoría solicite a Su Santidad la inmediata designación de una persona independiente y de alto prestigio, incapaz de ser manipulada por el padre Marcial Maciel Degollado, L.C., y sus “amigos romanos”. Dado el buen éxito de sus gestiones, aunque no la conocen, si pudiera expresarse en español o en inglés, consideran que esa persona podría ser la misma que esclareció el “asunto de Poznan, o, por lo menos, de un perfil muy parecido al de un Auditor polaco de la Rota Romana, que, según parece, es el que investigó con éxito dicho caso.
10. Monseñor: el asunto se está haciendo cada día más serio. No es ocultando la verdad como las cosas encuentran justa solución. Han sido proferidas amenazas de muerte y/o agresión física por parte del mismo padre Marcial Maciel Degollado, L.C., y de amigos suyos, contra algunas personas por el hecho de haber defendido y mostrado solidaridad con mis patrocinados. No ignoran que en la Curia Romana hay Cardenales y Prelados que utilizan notoriamente automóviles u otros objetos de valor regalados, o hechos regalar, por el padre Marcial Maciel Degollado, L.C.
11. Si V.E. lo desea, yo estoy dispuesto a encontrarle o encontrar a un encargado suyo, eclesiástico o civil, a quien expondría con todo detalle el grave asunto. Por la repercusión sobre el Santo Padre, de quien el padre Marcial Maciel Degollado, L.C., se proclama amigo y consejero, y de V.E. y del Cardenal Secretario de Estado. Este asunto puede ser mucho más grave que el de los “sacerdotes americanos acusados —verdadera o falsamente— de pederastia”.
12. Si, en su benevolencia, se digna prestar a esta carta la atención que espero y desea recabar unas primeras impresiones sobre mi persona y el asunto que —como último recurso— me permito exponerle, consulte a cualquiera de los tres últimos Presidentes de la Conferencia Episcopal Mexicana o a Prelados a ellos cercanos o afines, y no a uno de aquellos que, junto con el ex Nuncio Apostólico Mons. Gerolamo Prigione constituyen el grupo conocido como “Club de Roma”, todos ellos estrechamente vinculados y protectores del padre Marcial Maciel Degollado, L.C.
Adjunto un breve y sintético resumen de los hechos que tienen por protagonistas al padre Marcial Maciel Degollado, L.C., y a cada uno de mis clientes. El documento va acompañado de una referencia de los pasos dados por un servidor desde que acepté hacerme cargo de su defensa en tribunales eclesiales.
I.
1. Acompañé a los profesores Arturo Jurado Guzmán y José de Jesús Barba Martín, mandatario0s legales del grupo demandante, a presentar el caso ante el R.P. Gianfranco Girotti, subsecretario de la Sagrada Congregación para la doctrina de la Fe, el sábado 17 de Octubre de 1998.
2. La demanda en latín fue presentada oficialmente a la Sagrada Congregación para la doctrina de la Fe el 18 de Febrero de 1999.
3. Con fecha 24 de Diciembre de 1999, mis defendidos recibieron una respuesta, interpósita persona, del padre Gianfranco Girotti, comunicando que la causa “pro nunc” quedaba suspendida, sin ninguna explicación.
4. El día 9 de Septiembre, se entregó a la doctora Martha Wegan, una carta mía, como canonista, de fecha 2 de Marzo de 2000 y dirigida al padre Gianfranco Girotti, insistiéndole en que el Derecho Canónico obligta a ambas partes. Tal misiva mía nunca ha tenido respuesta ni directa ni indirecta.
II. Mis defendidos fueron objeto de abusos sexuales múltiples durante su última niñez, adolescencia y juventud dentro de la institución denominada “Legión de Cristo”. Además de tales abusos, fueron objeto de abusos de diversa índole y fueron testigos de gravísimos actos de conducta contra diversos aspectos de la moral humana y religiosa. Pasados los años y después de acercarse a sacerdotes de prestigio y a varias personas de la jerarquía, ante la indiferencia o silencio observados sobre el caso, se dirigieron a diversos medios de comunicación pública. Finalmente presentaron el casoformalmente de acuerdo al Derecho Canónico ante la congregación correspondiente, la cual hasta la fecha no ha dado ninguna respuesta a mis defendidos sino silencio sin explicación alguna. Disponemos de algunos documentos indirectos probatorios.
Mis defendidos poseen también testimonios y pruebas de falsificaciones muy graves de documentos por parte del padre Marcial Maciel Degollado, L.C., y de subordinados suyos. Algunas de estas falsificaciones han sido atribuidas a altos miembros de la jerarquía eclesiástica de la Iglesia. Con fórmulas aparentemente cristianas, mis defendidos, de todos modos, han sido calumniados públicamente en medios internacionales por parte del padre Marcial Maciel Degollado, L.C., y de colaboradores suyos. Y muchas personas han sufrido en carne propia ataques y vejaciones varios por haber manifestado su solidaridad con mis defendidos en la búsqueda de la verdad y de la justicia.
III. Yo soy el padre Antonio Roqueni Ornelas. Nací en la Ciudad de México, el 11 de Septiembre de 1934. Miembro de familia numerosa. Soy abogado y doctor en Derecho civil y abogado y doctor en Derecho Canónico. He sido miembro del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de México por más de 21 años. Fui ordenado sacerdote en 1963. Trabajé sobre todo con el Cardenal y Arzobispo emérito de la Ciudad de México Ernesto Corripio Ahumada. Tres referencias: los tres últimos presidentes de la Conferencia del Episcopado Mexicano: Cardenal Antonio Adolfo Suárez Ribera (Monterrey, Nuevo León, México); Mons. Sergio Obeso Ribera (Jalapa, Veracruz, México), Mons. Luis Morales Reyes (San Luis Potosí, San Luis Potosí, México).
Besa respetuosamente su anillo pastoral,
P. Antonio Roqueni Ornelas
Montepio Luz Savinon, I.A.P.
Insurgentes Sur, 1162
Colonia del Valle
03100 México, D.F , MÉXICO
México, 5.XI.2002.